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¿Por qué personalizar tus EPIS puede comprometer tu seguridad?

Garantizar el bienestar físico y mental de los trabajadores se ha convertido en un aspecto innegociable en el entorno laboral, especialmente en una obra en plena actividad, donde el riesgo de lesiones es considerable.

Esto significa que ahora es esencial disponer de los EPIS adecuado, y el personal de obra, debe estar completamente informado sobre cómo utilizarlos correctamente en todo momento. La falta de equipos de protección o su uso incorrecto puede acarrear importantes consecuencias legales, por lo que los encargados de obra deben mantenerse atentos ante quienes infringen las normas de seguridad.

Lamentablemente, el sector de los Equipos de Protección Individual (EPIS) ha tenido dificultades para seguir el ritmo de las exigencias cambiantes de las obras modernas, que incorporan constantemente nuevos métodos, equipos y materiales de construcción.

Como resultado, muchos profesionales se han visto obligados a modificar sus EPIS para adaptarlos a tareas específicas. Esto incluye alterar cascos de seguridad para añadir accesorios o cortar las puntas de los guantes para poder usar el móvil o la tablet con mayor facilidad.

Aunque pueda parecer comprensible, esto tiene el efecto contrario: compromete la capacidad del equipo para proteger al usuario y lo expone a un riesgo considerable. Asimismo, expone también al empleador, tanto legal como financieramente.

Es una práctica que debe erradicarse con urgencia, y depende de marcas de EPIS de primera calidad, como MILWAUKEE®, ayudar al sector de la construcción a conseguirlo.

Los peligros ocultos de la personalización

La falta de comprensión sobre el diseño y desarrollo de los EPIS es quizás el origen del problema, y comunicarlo correctamente puede resultar difícil.

Usar ropa de protección no debería ser incómodo ni molesto, sin embargo, los elementos de los EPIS deben diseñarse para cumplir con normativas de seguridad específicas cuyo objetivo es prevenir accidentes, lesiones e incluso muertes.

Como sector, debemos mejorar la forma en que transmitimos este mensaje. Los usuarios deben entender que lo que puede parecer un intento inocente de aumentar la productividad puede convertirse en un serio peligro para su salud y la de quienes los rodean.

Hay muchos ejemplos, y en nuestros archivos de I+D contamos con una auténtica “galería de los horrores” de EPIS modificados de forma inadecuada. Incluso ajustes simples, como dejar el chaleco reflectante desabrochado para no pasar calor, representan un riesgo, especialmente al trabajar en altura.

Entendemos que todos quieren estar lo más cómodos posible en el trabajo, pero el más mínimo cambio puede comprometer seriamente la integridad del equipo, lo que puede tener consecuencias graves en caso de accidente.

Consecuencias legales y financieras

Las empresas deben recordar que, en caso de accidente, aquellos que hayan modificado el equipo pueden ser considerados responsables. La responsabilidad no se limita a pérdidas económicas: puede derivar en sanciones legales importantes. Si una investigación demuestra que la empresa proporcionó equipos no conformes o permitió modificaciones por parte del personal, puede enfrentarse a multas elevadas, cargos penales y daños irreparables a su reputación.

Responsabilidad moral

Más allá de los riesgos legales y económicos, los empleadores también tienen una responsabilidad moral de proteger a sus trabajadores. Y esa responsabilidad puede verse socavada por la personalización no autorizada. Garantizar que los trabajadores dispongan de equipos certificados y adecuados es un deber fundamental de cualquier empresa responsable.

Esto nos lleva a una reflexión más amplia: las empresas deben priorizar no solo la salud, sino también la comodidad de sus empleados. Deben preguntarse por qué los trabajadores sienten la necesidad de modificar sus equipos. La razón es evidente: las decisiones de reducción de costes están llevando a ofrecer equipos incómodos o poco adecuados para las tareas. Aunque las herramientas y los equipos son el “pan de cada día” de los operarios, por desgracia, el precio sigue ganando a la comodidad.

Al comprar lo más barato y básico posible, las empresas están literalmente “pegándose un tiro en el pie”, no solo desde el punto de vista legal e de seguridad, sino también en términos de productividad. Los trabajadores que disponen de equipos bien diseñados y adaptados pueden trabajar de forma más eficiente, con mayor libertad de movimiento y confianza en su capacidad para realizar la tarea con seguridad.

La visión general

Está claro que permitir a los trabajadores personalizar sus equipos de protección —o hacer la vista gorda— puede comprometer gravemente a una empresa. Los peligros ocultos, tanto legales como financieros, son enormes.

Es mucho mejor colaborar con un proveedor de EPIS de alta gama, como MILWAUKEE®, que conoce bien las “modificaciones del usuario” y toma medidas para mejorar el diseño de ropa y equipamiento. Este enfoque elimina la necesidad o tentación de modificar los equipos, ya que proporciona soluciones correctamente probadas que cumplen —o superan— los requisitos oficiales de salud y seguridad.

Así, las empresas de construcción pueden poner fin a esta cultura autodestructiva de una vez por todas.

Y para reforzar el mensaje: solo en el Reino Unido, se registraron 138 muertes relacionadas con el trabajo en 2023/24, de las cuales el 51% estaban relacionadas con la industria de la construcción. En la búsqueda de eficiencia y ahorro de costes, el EPI barato y básico no es la respuesta. Las empresas deben priorizar su deber fundamental: proteger su activo más valioso — sus empleados.

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