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Mantente seguro en la obra

Cuando pensamos en seguridad en la construcción, nos vienen a la mente las caídas desde altura, los tropiezos o los accidentes relacionados con la maquinaria. Un factor menos comentado, pero igual de peligroso, es el daño físico que pueden causar las herramientas y los EPIS mal diseñados y de baja calidad.

Nuestro último documento técnico sobre seguridad en la construcción, que encuestó a más de 3.000 trabajadores en toda Europa, profundiza en esta cuestión. Muchos de los encuestados mostraron preocupación, y casi la mitad (47%) lo señaló como un riesgo importante.

No es un tema menor, ya que está causando un daño real a los profesionales del sector en todo el continente.
Aunque no sea evidente a simple vista, esto es lo que podrían estar provocando las herramientas de baja calidad en tu mano de obra...

Los trastornos musculoesqueléticos (TME) están entre los riesgos de salud más graves a largo plazo para los trabajadores de la construcción. Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), los TME son el problema de salud laboral más frecuente en Europa y representan tres cuartas partes de los problemas de salud reportados por trabajadores del sector.

Aunque es bien sabido que los trabajos en la obra son físicamente exigentes, el esfuerzo corporal se agrava cuando se utilizan herramientas defectuosas o mal diseñadas. Un taladro que no absorbe las vibraciones, una llave con un agarre incómodo o unos guantes mal ajustados pueden parecer detalles sin importancia, pero con el tiempo, provocan un desgaste acumulado en el cuerpo.

El uso de equipos de baja calidad puede derivar en condiciones crónicas como la artritis o el síndrome de vibración mano-brazo (HAVS).

El HAVS, frecuente en la construcción, está causado por la exposición prolongada a herramientas vibratorias como martillos neumáticos o amoladoras. Los trabajadores que usan estas herramientas sin la protección adecuada pueden sufrir daños irreversibles en los nervios, pérdida de sensibilidad y de fuerza de agarre e incluso discapacidad.

Tanto la artritis como el HAVS son enfermedades progresivas, lo que significa que empeoran con el tiempo y afectan seriamente la capacidad del trabajador para realizar sus tareas, reduciendo su productividad y calidad de vida. Estos problemas no solo impactan al trabajador, sino que también tienen consecuencias más amplias para el sector de la construcción, ya que aumentan el absentismo, los costes sanitarios y reclamaciones por compensación más frecuentes.

El papel que juegan las herramientas y los EPIS mal diseñados en el aumento de estos riesgos no puede subestimarse.

Por ejemplo, los equipos con mangos no ergonómicos obligan al trabajador a adoptar posturas forzadas, lo que provoca tensión muscular, especialmente en la espalda, el cuello y los hombros. Los EPIS mal ajustados, como botas sin el soporte adecuado, fuerzan al cuerpo a adoptar posturas antinaturales, lo que aumenta la fatiga y el riesgo de lesiones.

Por eso, la importancia de invertir en herramientas y EPIS bien diseñados, desarrollados ergonómicamente para reducir la carga física sobre el cuerpo y evitar la aparición de enfermedades crónicas a largo plazo. No se trata solo de una responsabilidad ética, sino también de una decisión inteligente de negocio. Los trabajadores saludables son más productivos, menos propensos a coger la baja y menos vulnerables a lesiones costosas.

Como marca premium y líder del sector, nos enorgullecemos de fabricar herramientas, equipos y EPIS funcionales y cómodos, que garantizan la seguridad del usuario en la obra, reducen el riesgo de lesiones y ayudan a prevenir problemas de salud a largo plazo. Así que, cuando se trata de proteger la salud y el bienestar de tu equipo, toma la decisión correcta: elige MILWAUKEE®.